Un título muy simple para un paisaje extraordinario.
En este lienzo, mi madre quería plasmar la vida sencilla y humilde de las gentes del campo, con las mujeres recogiendo la cosecha, el almendro en for y el pueblo al fondo con la iglesia que se alza sobre las casas.
Siempre siempre la presencia de la gente le dará mucha más calidez a una obra, que de por si ya la tiene...como en este caso, principalmente por los tonos. Si miro, casi por los ojos de tu madre,hallo que los tonos amarillos-ocres le dan un equilibrio al cuadro. Están presentes en el cielo, en la luz tras las casas, en la mitad del paisaje, detrás de las mujeres, y... en este camino, que me emociona porque se sale del cuadro, y me parecen casi como un par de brazos que llegan (valga la redundancia) a abrazarne y traspasa esta pantalla virtual...
ResponderEliminarAy...yo tengo que agradecer este espacio tuyo, porque me encanta sumergirme en las pinturas de tu mamá, amiga (Doña María!)...
Hermoso, en una sola palabra.
ABRAZOS INMENSOS, con tanta calidez como la de la pintura.
FELICIDADES.
Soy yo la que tiene que agradecerte a tí, mi querida Maritza, los hermosos comentarios que haces sobre las obras de mi madre. En ellos encuentras siempre esa visión especialísima, a la que no alcanzamos los demás, por tu condición de artista y con esa sensibilidad tuya que tanto admiro y que me recuerda mucho a la de ella.
EliminarMuchísimas gracias y un montón de besos con todo mi cariño!
me gusta el arte
ResponderEliminarme ha gustado tu blog
Muchas gracias, pero las obras las hizo mi madre, yo sólo las publico.
EliminarUn abrazo!