Montse, no conocía este blog...qué hermosura lo que haces; este rescate de las obras de tu madre...es un acto precioso, y qué historia nos cuentas (recién comenzando a pintar a los 60 años, quizás cuánto tiempo aguardó esa semilla dentro, seguramente por darse a los demás, siempre sucede eso, especialmente en las mujeres, pero esta semilla es imposible retenerla para siempre)...
Todo un ejemplo tu madre. La obra es preciosa, los claveles tienen mucho realismo, y sus pinceladas de fondo,hacia arriba, le dan un toque de energía necesario al cuadro. Creo, sin temor a equivocarme, que si un psicólogo analizara la obra de tu madre concluiría que fue una mujer de mucha fuerza espiritual, una mujer luchadora, como pocas.
Querida Maritza, no sabes lo emocionada que estoy por tu visita y por las hermosas palabras de tu comentario. Es difícil poder valorar estas obras con objetividad siendo su hija, pero siempre he sentido que mi madre plasmaba toda su sensibilidad en la pintura, que para ella fue algo más que un pasatiempo y que amaba sus obras. Sí, era una mujer luchadora con una fuerza interior insuperable.
Montse, no conocía este blog...qué hermosura lo que haces; este rescate de las obras de tu madre...es un acto precioso, y qué historia nos cuentas (recién comenzando a pintar a los 60 años, quizás cuánto tiempo aguardó esa semilla dentro, seguramente por darse a los demás, siempre sucede eso, especialmente en las mujeres, pero esta semilla es imposible retenerla para siempre)...
ResponderEliminarTodo un ejemplo tu madre.
La obra es preciosa, los claveles tienen mucho realismo, y sus pinceladas de fondo,hacia arriba, le dan un toque de energía necesario al cuadro.
Creo, sin temor a equivocarme, que si un psicólogo analizara la obra de tu madre concluiría que fue una mujer de mucha fuerza espiritual, una mujer luchadora, como pocas.
Mi abrazo y admiración.
Querida Maritza, no sabes lo emocionada que estoy por tu visita y por las hermosas palabras de tu comentario.
EliminarEs difícil poder valorar estas obras con objetividad siendo su hija, pero siempre he sentido que mi madre plasmaba toda su sensibilidad en la pintura, que para ella fue algo más que un pasatiempo y que amaba sus obras. Sí, era una mujer luchadora con una fuerza interior insuperable.
Un abrazo enorme y muchas gracias.